El último sábado que pasé en Jerez todos los Kuares
decidimos salir a cenar y, como siempre, lo pasamos de maravilla. Primero nos
reunimos en la Taberna, donde casi acabamos con las existencias de las variadas
tapas y fresquitas cervecitas que allí había, y todo ello en pleno centro de la
ciudad y por un módico precio… ¿se puede pedir más? Luego, en busca de un lugar
donde bailar –pues esa era nuestra intención, sobre todo la de Aurori- nos
dirigimos al Bereber. Lo cierto es que no sé exactamente en qué calle
adoquinada de las muchas que con tacones
recorrimos se quedó aquel deseo de menear el cuerpo, pues, en cuanto
llegamos, conseguimos unas cómodas sillas donde plantamos el pandero y de las
que no lo levantamos en toda la noche. Y es que seamos realistas, ¿quién quiere
bailar cuando tenemos la posibilidad de charlar, frivolizar, reír y machacar a
la pobre Aurori con la “transexualidad” que mostraban las fotos que se le
hacían? Aprovecho para felicitar a Aurori por su enorme sentido del humor y su
estoico aguante, a la vez que publico una foto en especial donde sale muy guapa.
Por último, quiero destacar al gran protagonista del
reportaje fotográfico que hoy os ofrezco. Sin duda alguna, este es Mario. Sale
en casi todas las fotos y es imposible no centrar la atención en sus infinitas
poses (¡qué arte!).
Cuando volvamos Vidal y yo, hay que repetir. Besos para
todos.
la Almu: que buenas, me encantan las fotos y que alegría verme allí, en las fotos que yo tengo de ese día no aparezco en ninguna, que triste, creí que no había ido.
ResponderEliminarRealmente echamos un buen rato. Más tranquilo de lo habitual, pero claro, ya no estamos para tanto trote. Muchas gracias Patri por devolver la vida a nuestro blog.
La Almu; por cierto, y Mario?? creía recordar que el si salió esa noche... Manda narices, menudo book se ha hecho el colega.
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