Después de nuestra visita a los restos de la tétrica Oradours pasamos por un supermercado donde compramos carbón y carne dispuestos a estrenar la barbacoa una de las noches que nos quedaban.
Hacia el sur llegamos a través de unos bosques y prados maravillosos hasta Saint Emilion, en el condado de Burdeos.
Se trata de una ciudad de origen prehistórico, patrimonio de la Humanidad, con numerosas ruinas e iglesias románicas a lo largo de sus calles estrechas y empinadas que parecen formar un anfiteatro.
Sin duda, su gran monumento la ermita monolítica. Emilion era un celta, primer druida cristianizado, que adopta como ermita el nicho de una fuente que convierte en una impresionante ermita.
Los romanos comenzaron en el siglo II a plantar viñas convirtiéndose actualmente en un pueblo de poco mas de 2000 habitantes donde subsisten más de 40 bodegas.
Y acompañándonos dos expertos bodegueros no íbamos a perder la ocasión de visitar sus calles.
Las viñas y caserios que rodeaban el pueblo eran impresionantes , muy diferentes a las viñas de nuestra campiña, mucho más bajas.
Tras un improvisado almuerzo a pie de carretera entramos en el pueblo buscando dónde aparcar las 3 autocaravanas. Paseamos tranquilamente por aquellas calles bajo un amenazante cielo gris.
Se sucedían puerta a puerta las tiendas de licores y vinos de la zona. Los chicos se adentraron en una de ellas y les sirvieron una enorme copa de vino mientras Isabel se decantaba por una botella de auténtico champan francés, de color rosa para más inri, que espera en la nevera de la peña una buena ocasión para descorcharla. Isabel esta Semana Santa esa botella viaja con nosotras y daremos buena cuenta de ella entre brindis por buenos deseos.
Los chicos compraron también unas cepas de vino de la zonas, no se si habrán pillado en nuestra tierra albariza, buena combinación sin duda el vino francés y la sal de la tierra de Jerez.
Los peques se acercaron para hacerse la foto con un falso perro bulldog de color rojo cuando apareció otro vivito y coleando.
Al volver una de las calles leimos un cartel donde ponía " fabrique de macaroons" , más claro agua, podíamos ir a visitar una artesanal fábrica de macarrones. El chasco llegó cuando al acercarnos a la puerta nos ofrecieron probar el producto y se trataba de los famosos, aunque hasta entonces desconocidos para nosotros, macaroons unos exquisitos dulces hechos con clara de huevos y almendras, que gustaron mucho a todos en casa la verdad, la cajita voló.
En esta tienda vimos botellas marcadas con un precio en el que costaba poner el punto. No sabíamos si vendían la botella o el local completo. Vamos como para entrar y caer una botellita sin querer.
Al salir del pueblo camino de las caravanas comenzó a chispear y pasó entonces a nuestro lado una caravana de coches de época, como ya llevaba la cámara en el bolso, para evitar que se mojara tardé en reaccionar y sólo pude plasmar los últimos mucho menos impresionantes y llamativos que los que pasaron en primer lugar.
Y caminito a España, pusimos rumbo hasta San Sebastian, espero terminar la ruta antes de irnos de Semana Santa para que no se me acumule el trabajo. Por cierto, una pregunta ¿alguien más en ese viaje llevaba cámara? No, si no es por nada. Un beso a tod@s.
Nuri: Preciosas las fotos. Qué sitio más bonito!. Me lo apunto. Y qué guapos salís todos. Besos.
ResponderEliminarLa Patri dice: Por fin vuelve la vida al blog. La verdad es que el pueblo se ve precioso y los paisajes muy bonitos. Lo explicas todo muy bien, Almudena. Podrías dedicarte a las guías de viaje. Ya queda poco para la vuelta. Un beso muy fuerte.
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