Hola a todos. Como ya sabéis,
Vidal y yo hemos pasado el fin de semana en Londres -nos fuimos el viernes y
llegamos ayer lunes- y la verdad es que nuestra experiencia londinense ha sido
más que satisfactoria.
Como en todas las grandes
ciudades, las distancias se multiplican y la gente abunda por doquier, a lo que
hay que añadir la cantidad de turistas que, como nosotros, estaban visitando la
capital inglesa –por cierto, multitud de españoles-; a pesar de ello, todo en
Londres fluye sin el más mínimo atasco o aglomeración, pues es un lugar donde
cada actividad está perfectamente organizada y controlada. Esto se complementa
perfectamente con la majestuosidad de una ciudad limpia, pulcra y tan cuidada
que no vimos ni un solo rincón deteriorado, sucio o con pintadas y, muchos
menos, los monumentos. Con respecto a los habitantes de esta gran urbe, lo que
me han transmitido en estos escasos días es que es gente tranquila, muy cívica
y educada, sin olvidar que detestan y evitan a toda costa los tumultos (nos
cerraron una boca de metro durante horas cuando detectaron que estaba siendo
utilizada por demasiados usuarios, de manera que permitían a la gente salir,
pero no entrar hasta que la muchedumbre se disipara. Lo mismo hicieron con un
baño del aeropuerto al ver que había demasiada gente dentro).
Nuestro hotel, el Park Plaza
–fantástico- estaba situado a escasos metros del Big Ben, así que este famoso
reloj fue lo primero que vimos. Para todo lo demás, nos hemos movido
principalmente en metro, aunque también hemos caminado mucho, pues es la mejor
manera de contemplar y disfrutar del lugar. El único inconveniente de Londres
es que es una ciudad carísima, cosa que queda un poco compensada por el
maravilloso hecho de que sus dos museos más importantes tanto a nivel nacional
como internacional, el British Museum y la National Gallery, son completamente
gratis.
Comenzamos el primer día
visitando todo lo que, como ya he dicho, teníamos al lado del hotel, es decir,
el Palacio de Westminster o Parlamento del Reino Unido, en uno de cuyos
extremos se alza la torre del Big Ben –ya sabéis que en realidad este es el
nombre que recibe la enorme campana de muchas toneladas que se halla en su
interior-; el Támesis y The Eye (esta última es una imponente noria que ofrece
una vista panorámica de todo Londres y en la cual se ha de permanecer 45 minutos,
pues es lo que tarda en dar una vuelta entera. No nos llamaba excesivamente la
atención). Después de recorrer la mencionada zona, nos dirigimos hacia uno de
los lugares que más ilusión me hacía ver, el British Museum. Este museo
–impactante desde que divisas su exterior y zona de acceso- contiene
colecciones que abarcan la arqueología, la historia, el arte y la etnografía de
las diferentes culturas que forman nuestro mundo: Grecia y Roma, Egipto, Japón
y Oriente, Europa, América… Ya podéis imaginar cuál es su extensión,
inabarcable en una sola mañana, así que nuestra selección se centró en Egipto y
–cómo no- las antiguas Grecia y Roma. Con respecto a estas últimas, es difícil
describir la multitud de objetos relacionados con todos los aspectos englobados
por estas culturas que allí se encontraban expuestos. Aún así, es necesario
destacar, en primer lugar, el Monumento a las Nereidas, un monumento funerario
(templo-tumba) del siglo V a.C, perteneciente a una ciudad de Asia Menor
(actual Turquía). Se denomina así porque entre sus columnas colocaron estatuas
de las Nereidas, las hijas de Nereo, una divinidad mitológica marina. Y en
segundo lugar, hay que mencionar la galería del Partenón, donde se te
entrecorta la respiración al situarte frente a multitud de estatuas que
formaron parte del famoso templo dedicado a la diosa Atenea en la Acrópolis de
Atenas, el Partenón. De igual modo se me
paralizó el pulso al contemplar a una Cariátide, una de les columnas con forma
femenina que sostienen el Erecteion, otro templo también ubicado en la
Acrópolis de Atenas. En cuanto a Egipto,
tuvimos el privilegio de observar la ilustre Piedra Rosetta. Esta piedra forma
parte de una inscripción expresada en tres escrituras distintas: primero, la
jeroglífica del Antiguo Egipto; segundo, la demótica (última etapa del Antiguo
Egipto); y, por último, la del griego
antiguo. Esta circunstancia ha sido fundamental par poder descifrar la
escritura jeroglífica gracias al demótico y, sobre todo, a la lengua griega. La piedra data del siglo II a.C, período
helenístico de la civilización egipcia. En esta sección, pudimos contemplar
multitud de momias, incluida la de la famosa Cleopatra.
Después de comer y aprovechando
que hacía un soleado y estupendo día, continuamos haciendo turismo por los
sitios más emblemáticos de la ciudad. Desde Picadilly Circus y Oxford Street,
repleta de tiendas y diferentes comercios, llegamos a la plaza de Waterloo,
tras la cual nos dirigimos al Buckingham Palace, residencia de la familia real.
Es este un lugar precioso, rodeado de unos maravillosos y perfectamente
cuidados jardines, donde vimos a algunos miembros de la guardia real. Junto a este
lugar, se encuentra uno de los tres grandes parques de la ciudad, St. James
Park, por el que no desaprovechamos la oportunidad de pasear. Acabamos el día
en Trafalgar Square, una amplísima plaza presidida por la estatua del almirante
Nelson y rodeada por la impresionante entrada a la National Gallery, la estatuta
de un portentoso gallo azul y la iglesia
de San Martín. De vuelta al hotel, pasamos por la famosa Downing Street, calle
cerrada a cal y canto y protegida por fuertes medidas de seguridad donde se encuentra la residencia del Primer
Ministro, y, antes de subir a la habitación, volvimos a disfrutar del Big Ben y
del Támesis –esta vez con la puesta de sol-.
(Continuará)
Leyendo me haces sentir ahí de nuevo!!!. Ah!, soy Vidal.
ResponderEliminarNuri: Muy bonitas la fotos y estupenda la crónica. Qué suerte habeis tenido con el tiempo!.
ResponderEliminarLa Almu; me encanta, me gusta ver que hay vida en este nuestro blog y me encantan las entradas de la guía Patri. No se trata sólo de ver las fotos y saber dónde estuvísteis, al leer estas entradas tienes la sensación de haberos acompañado parte del viaje ( eso quisiera yo, jajaja). Os veo realmente bien, a Vidal le ha sentado de maravilla eso de ser amo de casa, lo veo, con tu permiso " mu guapetón", los aires londinenses os favorecen. Viendo las fotos me iba fijando en eso que me comentaste del orden, la limpieza y el estado de los jardines y calles, y realmente todo se ve tan pulcro y cuidado.
ResponderEliminarHace poco Julia hizo un trabajo sobre Egipto y estuvo buscando información y leimos sobre la Piedra Rosetta, cuanto impacta ver en vivo y en directo un objeto, un cuadro, una estatua... que forma parte de la historia y encima historia que tu conoces, sobre la que tanto has leido y estudiado.
Estoy impaciente por ver la segunda parte, al final vas tu a terminar el viaje a Londres antes que nosotros el de París, que a este paso va a ser más largo que el de Willy Fog. Muchos besos y que bonita la foto última,el Big Ben, el Támesis, vosotros dos y el fondo del cielo, esa merece estar en papel en casa.
Nuri: Yo también pienso que la foto del Támesis es para enmarcarla en tamaño grande. Preciosa.
ResponderEliminarEl Vidal: Almudena, muchas gracias por el piropo.
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